sábado, 12 de abril de 2008

PRIMER SILENCIO

Primer momento de silencio.
La escritura requiere del silencio. Un silencio significante que resulta de la reflexión tras la experiencia, de la demora para elegir el concepto preciso que nos permite aprehender la realidad, saborearla, asimilar el conocimiento que proviene de esa experiencia y disponer de este instrumento precioso que es el lenguaje para aplicar la sabiduría, de nuevo.
La paciencia y el rigor parecen cada vez palabras más ajenas a nuestro mundo... conviene demasiado a menudo dar una respuesta rápida para "salir del paso". Y no hay tiempo para aposentar las múltiples noticias que en la sociedad de la información y del conocimiento se generan a diario y que, en último extremo, dejan a un importante número de ciudadanos al margen, paradójicamente, de esa información y de ese conocimiento que se pregonan como signo de nuestros días. Toda actividad humana requiere de ese proceso de reflexión pero la educación es un ámbito que no puede sobrevivir en una sociedad cambiante si no intenta continuamente dar respuesta a esos cambios y con previsión de futuro. Educamos hoy los ciudadanos del futuro y desconocemos los requerimientos de esa sociedad de dentro de 15 o 20 años. Así se buscan estrategias transferibles, que hagan individuos flexibles, con capacidad crítica y dispuestos con su inteligencia y su voluntad a la construcción del mundo en el que les tocará vivir y que habrán de gestionar en base a unos parámetros más justos, más equitativos y más respetuosos con el entorno natural.
Por otro lado, ya nadie niega hoy la importancia de la comunicación. La base de esta comunicación es el lenguaje, la oralidad y, sobre todo, la escritura. La inteligencia humana es lingüística. El ámbito de la educación, por fin, parece retornar a una suerte de humanismo que pone el acento principal para acceder a todo tipo de conocimiento en la adquisición y conocimiento de las destrezas lingüísticas. Ha hecho falta una larga década y una serie de recomendaciones supranacionales (Consejo de Europa y UE) así como algunas decisiones políticas para que, finalmente, se traslade a la ciudadanía la imperiosa necesidad de dominar la(s) lengua(s) propia(s) (materna y/o de escolarización) y, al menos, dos lenguas extranjeras. Para ello, el Marco Común Europeo de Referencia para la enseñanza y aprendizaje de lenguas así como su aplicación didáctica, el Portfolio Europeo de las Lenguas, son dos instrumentos coherentes que facilitan las decisiones consensuadas que han de tomar los colectivos docentes y educadores, en general, a la hora de hacer un tratamiento coherente e integrado de las lenguas, para enriquecer la inteligencia lingüística de todos los alumnos y alumnas que hoy están en nuestras aulas.
Este espacio sobre educación y lengua, deja aquí su primer silencio.

1 comentario:

Elvira dijo...

He recibido el apoyo para el blog de mi maestro y amigo, Fernando Trujillo. Gracias.